Este es el inicio, necesitaba publicar este poema de Neruda, porque lo sentía, y porque ella se lo merece, para mi Ángela Adónica.
ANGELA ADONICA. Pablo Neruda
Hoy me he tendido junto a una joven pura
como a la orilla de un océano blanco,
como en el centro de una ardiente estrella
de lento espacio.
De su mirada largamente verde
la luz caía como un agua seca
en transparentes y profundos círculos
de fresca fuerza.
Su pecho como un fuego de dos llamas
ardía en dos regiones levantado,
y en doble río llegaba a sus pies,
grandes y claros.
Un clima de oro maduraba apenas
las diurnas longitudes de su cuerpo
llenándolo de frutas extendidas
Y oculto fuego.
INviernoo sin ti
Hace 12 años
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