Madrid. Paradas de Metro. Recuerdos que vienen. Vagones que se los llevan. En cada andén tu olor que no huelo. Kilómetros nos separan de un eterno abrazo. Y yo fantaseo con el encuentro de nuestros cuerpos desnudos. Madrid.
Después de mucho tiempo en "barbecho" vuelvo para dejaros la carta que escribí al director del diario Ideal y que se ha publicado hoy Domingo día 17 de Octubre. La escribí tras una entrevista que tuve en Madrid para unas prácticas bastante, precarias por decirlo de algún modo. Pues nada aquí os la dejo:
MENDIGAR UN PUESTO DE TRABAJO
Señor Director de Ideal,
Mi nombre es lo de menos y ahora sabrá porqué. Tengo 24 años, soy Licenciado en Comunicación Audiovisual y Técnico Audiovisual aunque todo esto de manera “teórica” porque en la práctica y hasta la fecha no he tenido la “suerte” de poder establecer ningún tipo de contrato relacionado con mis estudios después de haber transcurrido 2 años desde que acabara éstos. Mi experiencia se reduce a contratos precarios a tiempo parcial en cualquier actividad ajena a mis estudios. Y esto no es nada que nadie no haya hecho debido a la coyuntura actual que arrastramos desde años atrás o si prefiere llamémosle CRISIS.
Mi desaliento viene propiciado por que en los últimos 3 meses he acumulado la cifra de más de 200 curriculums (243 para ser exactos) enviados, haciéndolos llegar de todas las formas posibles, solicitando, mendigando un puesto de trabajo, unas prácticas formativas, un mísero contrato de becario, pero desgraciadamente, no sé si es el mundo que se ha confabulado contra mi o tan desolador es el panorama.
Y me sobrevienen varias preguntas: ¿De qué sirven 5 años de esfuerzo familiar, luchando a duras penas con todas las dificultades que en una economía de clase media-baja supone tener un hijo desplazado fuera del hogar con el fin de tener un futuro mejor que el que ellos pudieron tener.?
¿De qué sirven las noches de estudio, compaginadas con trabajos basura para alimentar la esperanza de poder llegar a ser algo? ¿De que me sirve querer llegar a ser algo en la vida, si cada día que pasa, cada currículo entregado, cada “ya le llamaremos” va minando la esperanza?
Señor Director, como ya le dije tengo 24 años, sé que soy joven, y no voy a desistir en mi empeño, pero a día de hoy solo encuentro desesperanza, porque tanto yo, como más de 4 millones de españoles, no tenemos nombre, tristemente a día de hoy, somos una cifra en constante aumento.
Salgo del cine de ver la última entrega de Shrek y es curioso, me ha hecho pensar demasiado. 24 horas... eso me bastaría. 24 horas para volver a encontrar, para volver a sentir, para volver a vivir algo parecido. 24 horas para lograr lo que me llevó meses, para volver a hacer nuestro el momento del primer beso. 24 horas para volver a enamorarte. Me enconmiendo a cualquier mago, que me dé este último deseo, para liberarte de un sueño que tú crees real. Y si después de todo, no surte efecto... No, estoy seguro que si.
Hoy ha sucedido, tras una larga espera el momento final ha llegado. Son tantas las ilusiones, expectativas, deseos, pensamientos que ha generado en su recorrido que todo lo que se pueda decir es poco. Ha dado y seguirá dando mucho que hablar, y es que antes de nada me atrevo a decir, que LOST ha sido, es y será por mucho tiempo la mejor serie de televisión jamás creada.
Esta noche ha sido histórica, millones de fieles congregados delante del televisor, a diferentes horas, en diferentes lugares del planeta, pero con el mismo sentimiento.
Y llegó el complicadísimo momento del final, entediéndolo como el último fotograma de esta maravilla... y se amontonan las voces que claman al cielo, insatisfechos con lo acontecido. Otras muchas que se deleitan con lo visto, y otras tantas se quedan con sabor agridulce, con más preguntas que respuestas, pero con la certeza de que han vivido 6 maravillosos años de inquietud televisiva.
He de decir que justo cuando terminó me incluí en los primeros, entendiendo lo que había pasado, pero "defraudado" con todo lo que se quedó en el camino. Luego, tras un día entero analizando, pensando y haciendo recuento, me incluyo entre los segundos y terceros...
LOST ha sido como una relación larga que acaba, en la que vuelcas todas tus esperanzas, sueños, deseos, y expectativas. Una relación que se fortalece con el paso de los años, que resulta por momentos complicada, pero que te llena completamente, que te hace sentir bien.
Una relación, que llega el momento en que sabes que va a acabar, y te condenas a ese fatídico momento, y cuando llega, sólo sientes rencor porque todo ha acabado y te sientes vacío. En esos momentos te ciega el orgullo, pero cuando pasa el tiempo, te das cuenta de que nada de eso vale, que lo que cuenta es el camino recorrido, todos los momentos en los que ha sido feliz, el recuerdo de aquellos días, y si no encuentras todas las respuestas que quisieras, no pasa nada, lo importante es el recuerdo que deja, la huella imborrable en el tiempo, y la certeza de saber que han sido los mejores años de tu vida, aunque inevitablemente todo acabe.
LOST ha sido para mi justo eso, como el primer amor de mi vida. Y como tal, siempre lo recordaré como una de las mejores experiencias de mi vida.
Por ello, para todos los decepcionados, los satisfechos y los que se encuentran a medias, pensad en los 6 años con los que nos han hecho disfrutar, los 121 capítulos con los que hemos vibrado, y en la huella que todo eso ha dejado.
Y si entonces no encuentras respuesta, no te preocupes, see you in another life, brother...
Demasiado preocupado en la perpetua montaña rusa en la que me encuentro sumido.
Tan pronto estoy arriba, cómo vuelvo a caer inesperadamente. Sin motivos aparentes, pero con un puñado de fantasma en la recámara dispuestos a aparecer cuando menos los espero.
Debiera inquietarme por temas más terrenales, como la cantidad de sangre del lavabo de todas las noches. Pero me encuetro distante de mi propio estado físico. No creo que sea nada grave, no al menos de momento...
Si la mente domina el cuerpo, la escena del baño es un fiel reflejo de mi fuero interno. Quizá no sangre con tanta abundancia, pero no hay duda de que existen pequeñas o medianas fisuras aún por reconstruir.
Y es muy posible que cada uno de esos resquicios, tenga un nombre, o varios, o qué sé yo... El tema es que la sangre fluye física y metafóricamente.
Más permanezco inmóvil,a la espera de una señal,de una luz,de una cura... que repare la grieta que gotea tiempo ha...
A pesar de llevar 4 horas metido en la cama, no consigo conciliar el sueño. Últimamente mis días se resumen en eso... muy cortas mañanas,muy largas las noches. Insomnio, resacas, viajes en coche de madrugada, beber de más, echar de menos...
Pero esta noche es diferente. He sentido el "crack" de otras ocasiones. La sensación de que algo se rompía... y me ha asaltado el fulgor del frío calor de la pantalla, y quizá haya visto lo que no debiera.
Y ahora tengo la certeza de que ha cedido al fin. La certeza de que, lo que no es, no es para siempre, y por tanto termina.
Y me vuelvo al intento de cerrar los ojos y abstraerme. Aunque sospecho que esta noche volverá a ser demasiado larga.
¿Y si te dijera que tu eres X y yo soy Y?... que formamos parte de esta ecuación no resuelta... que actúamos como variables indefinidas... que la resolución es posible... que quizá sea el momento... que quizá no lo sea...
¿Y si te dijera que existe dependencia de ti?... que me abono al momento de la despedida... que me aterra no saber donde va... que no dejaria de mirarte... que no te dejaría ir...
Yo no quiero ser un príncipe azul, no quiero desteñir. No quiero una burbuja cargada de "te quieros" que no digan nada. No quiero que mi sombra se alargue por las noches, que el recuerdo pueda al deseo. Que todo esté escrito.
Me apetecía, necesitaba verte hoy. Por eso deambulé solo por las calles, buscándote. Creyendo que si patrullaba cada esquina, en alguna aparecerías. Esperando un golpe de suerte que te trajera justo cuando ya perdiera la esperanza. Pero no ocurrió. Y he vuelto a casa, rápido, como si me fuera la vida en ello, como si nuestras vidas dependieran de ese instante. Y me he metido en la cama, con la fé puesta en que al cerrar los ojos aparecerás de manera definitiva. Esperando que al menos, en mi mente, aparezcas con el mis esplendor con el que me ciegas. Entonces habrá merecido la pena.
Atrás quedaron las largas noches, las incesantes pesadillas, el rumor de voces que creía muertas, el sabor amargo de recuerdos que hacen daño. Quedaron atrás los momentos en los que me olvidé de ser yo mismo, en los que me obligaba a seguir un camino que ni yo creía, en los que me autoconvencía de que las cosas debían ser así y nada podía hacer por cambiarlas. Por fín respiro tranquilo, me siento liberado de toda carga. Feliz de ser quién soy y no tener que esconderme de mi mismo. Han sido muchos los detalles que me han llevado a esta situación, muchos momentos, mucha gente, mejor dicho la precisa, la que siempre ha estado. Y alguna otra que se ha unido en mitad del camino y cada día se hace un poco más imprescindible.
Ha sido una casa, un ambiente, un sentimiento, un trivial, Bélgica, París, unas copas, una ducha, una noche. Habéis sido vosotros, has sido tú...
Abres la ventana y los pensamientos te asaltan, como el sol que entra de golpe y te ciega.
Ha sido algo especial, una simbiosis perfecta. Hemos sido todos, hemos sido nosotros, has sido tú...
Y te aborda la duda.
- Supongo que esta noche te echaré de menos... - dices. -Sé que te echaré de menos esta noche.- respondo. -Entonces sin rodeos, te echaré de menos.- concluyes.
Perfecta unión, el recuerdo como paraguas, y los recuerdos mojando mi cara.